El juicio oral como tren en rieles
Conduce tu teoría del caso de la apertura a la clausura sin descarrilar: señales, cambios de vía y velocidad justa en cada etapa.
El juicio oral es un diálogo ordenado, con reglas preestablecidas, en el que usted y su contraparte persiguen intereses distintos nacidos de un conflicto que debe resolverse sin violencia.
Acuden a un tercero imparcial que los oirá y luego decidirá quién tiene la razón. En palabras sencillas, es un enfrentamiento dialéctico entre dos historias, donde gana la más creíble.
Existe una relación tripartita, imaginemos la pirámide: en la cúspide el juez, a cada uno de los lados de las bases, la fiscalía y el querellante por un lado, y la defensa por el otro.
Estructura básica del juicio
Alegato de apertura. El tribunal necesita saber, primero, cuál es el problema y por qué usted sostiene que tiene la razón; cuáles son sus fundamentos y por qué solicita una decisión favorable.
Examen directo. Usted debe probar sus afirmaciones incorporando información útil por medio de la prueba: presentar evidencias e interrogar a sus testigos.
Contraexamen. Podrá interrogar a los testigos de la contraparte para verificar la fiabilidad y calidad de su información, revelar defectos de percepción o veracidad y demostrarlo al tribunal.
Alegato de clausura. Antes de cerrar el debate, puede exponer su opinión jurídica fundada sobre lo ocurrido, destacando las razones de su petición y por qué la contraparte se equivoca o carece de sustento.Ahora vamos al Derecho.
Una metáfora para entenderlo
Imagine el juicio como un tren que avanza sobre rieles y es conducido por un experto:
El tren: el Derecho penal, con su carga dogmática y probatoria, se desplaza hacia un destino: que prevalezca su teoría del caso (un vehículo pesado que debe manejarse con cuidado).
Los rieles: el Derecho procesal penal, cuyas reglas permiten que lo dogmático y lo probatorio lleguen a destino.
La conducción: el interviniente, atento al camino, sabe cuándo acelerar o frenar y cómo evitar el descarrilamiento; su volante son las destrezas de litigación oral.
Así se resume el esquema fundamental de un juicio oral: usted, como conductor, tiene el poder de planificar y ejecutar el viaje, que como sabemos, comienza mucho antes de subir a la máquina.