El futuro de la docencia online y la necesidad de reinventarse
Las cifras de la pandemia son del terror. Estamos peor que el año pasado. Acá en Biobio, por ejemplo, hemos pasado de 1000 muertos y más de 600 contagiados por día. Nuevamente en cuarentena, todo parece indicar que este año también pasaremos encerrados. Y la docencia online seguirá por largo tiempo. Al menos todo este año.
A veces pienso que fue una buena idea, no dictar clase el año pasado. El schock de la docencia online ha sido tremendo. Me ha servido para observar y analizar el escenario.
He conversado con alumnos y profesores que se quejan de la absoluta pasividad de las clases. Veo pantallas que parecen nichos oscuros, donde los alumnos se conectan solamente por audio. Algunos me han confidenciado que no muestran la imagen porque a primeras horas de la mañana están acostados siguiendo la clase, en la medida que el sueño lo permite. La idea es tener la asistencia necesaria para dar el examen.
Total, el profesor enviará después los apuntes y entonces estudiarán en serio, según dicen.
Por supuesto que tales hábitos tienen un impacto negativo en la formación de la nueva generación de abogados, que sin importar el nivel, al final habrán tenido dos años de formación online.
El futuro es complicado para las habilidades prácticas
Cuando escribo este post, el mundo ha llegado a dos millones de muertos, otras cepas locales aparecen como si se tratara de nuevos vinos. Por supuesto que debemos estar encerrados.
Pero en Derecho, como en otras profesiones, son muy importantes las habilidades prácticas. Los alumnos deben aprender a tratar con clientes, atendiendo casos reales; deben adquirir destrezas de litigación que por definición son presenciales, trabajar en equipo. Todo eso está en suspenso. Para mí es una incógnita astronómica, la forma y calidad de los cursos de litigación oral, por ejemplo.
Por norma general, cuarto y quinto año son la aproximación a la realidad. Habrá generaciones de abogados que durante su formación jamás habrán pisado un tribunal. Es como un médico que nunca fue al hospital a atender pacientes.
Reinventando la docencia online
Si el mundo es digital, entonces seamos digitales.
Nuestros alumnos son de la generación que lo consulta todo en internet, interactúa, se comunica y aprende en internet. Ellos están en facebook, twitter, instagram, snapchat, youtube, son la mezcla perfecta de cerebro, ojos y dedos.
Les motivan más los colores y las formas que los textos en blanco y negro. Mucho antes de la pandemia, veía que odiaban los interminables textos en fotocopias.
¿Han visto como el mundo del teatro se ha reinventado durante la pandemia? Obras online, podcast, hasta lectura de poemas, para aguantar el encierro. Nosotros, los profesores también debemos hacer ese giro.
Hace años, tuve otro blog donde publicaba noticias y algunos papers con breves comentarios. Estaba destinado a mis alumnos, hacía la clase y siempre terminaba diciendo "vayan a mi blog, les voy a dejar material complementario". El asunto funcionaba como reloj. Llevaba la estadística y era un éxito, incluso lo leían profesores y alumnos de otras universidades.
Porque finalmente tenemos que estar donde están los alumnos
Habrá que preparar material, pensando en las nuevas generaciones. Infografías atractivas, podcasts, blogs, cuenta en twitter, todo integrado. No es gran cosa, es fácil.
Estoy de acuerdo en que habrá muchos profesores que no harán la reconversión, por las razones que sean. Lo mismo ocurrió cuando vino la reforma procesal penal. Muchos abogados dejaron la litigación, porque simplemente no hicieron el cambio.
Por supuesto que el desafío es mayor, necesitamos que las universidades inviertan en nuevas licencias, software, equipos. Como dije a un querido colega, hoy por hoy no da lo mismo cual es el computador que usamos. Es necesario tener tablets, lápiz ópticos, en fin, saber usar la tecnología.
No se quejen las universidades, pueden hacer la inversión, han ahorrado una brutalidad de dinero sin las clases presenciales.
Invito a ver la pandemia como una oportunidad de mejorar la enseñanza universitaria. Ya verán cuando entremos de lleno en el 5G, la inteligencia artificial y la internet de las cosas.