¿De dónde partimos hoy para enseñar Derecho a nuestros alumnos?
Es desafiante y posible darles buenas herramientas
¿Cuánto tienen en común un alumno de Derecho hace veinte o treinta años, con otro que actualmente comienza el camino?
Muy poco.
Los de hoy tienen al menos tres características diferenciadoras.
El sistema educacional no les ha dado las herramientas para asumir con éxito el pre grado.
Están hiperconectados con los smartphones.
Tienen menos claro el objetivo final que significa el estudio del Derecho.
Y todo lo anterior es un problema serio, porque los profesores debemos redoblar nuestros esfuerzos formativos, ellos son un desafío importante y a veces agotador, pero afortunadamente no imposible.
Veamos cada una de las características diferenciadoras por separado, y sus posibilidades rectificadoras.
El sistema educacional no les ha dado la herramientas para asumir con éxito el pregrado
Vienen de la enseñanza media que ha abandonado la enseñanza de las humanidades, no hay filosofía, la historia ha cedido paso a la contingencia y la literatura es prácticamente inexistente.
Se nota cuando en derecho penal, por ejemplo, debes contextualizar el Derecho al castigo. No conocen el control social medieval, por ejemplo, ni los aires libertarios renacentistas. Nadie les habló de ordalías, hogueras ni inquisiciones. Han crecido en un régimen de libertades y están convencidos que la historia siempre fue así.
Si entras en cuestiones algo más complicadas, como la sana crítica, y mencionas principios de la lógica, ves que existe un déficit importante en la formación filosófica. Puedes hablar de conducta humana, mencionar textos tan fundamentales como la Etica a Nicómaco y ves que nadie pasó por Aristóteles.
Vean algunos recursos de nulidad en materia penal o laboral, y comprobarán porqué una enorme cantidad son rechazados en las cortes. Si, el costo lo están pagando las nuevas generaciones de profesionales.
¿Puede la universidad hacerse cargo de estas falencias? La respuesta es “debe”, hay que hacer los espacios para explicar y rellenar aquellos vacíos, por ahora no tenemos alternativa, mientras el sistema medio no vuelva a su cauce y les prepare para los estudios superiores, creo que no hay otra posibilidad.
¿Posibilidades rectificadoras?
Veo dos formas.
El profesor entregará textos de fácil lectura y comprensión sobre historia, filosofía y arte que les llene los vacíos.
La universidad implementará un conjunto de asignaturas complementarias, para mejorar el nivel cultural y de conocimientos, como lo hace por ejemplo la Universidad de Columbia, en el Core Curriculum.
Están hiperconectados con los smartphones
Nuestra atención dura como promedio una veinte minutos. Cuando haces la clase debes tener “quiebres” donde insertas algún pequeño comentario al margen sobre algo que les interese, te diriges a un alumno y le sorprendes con una pregunta que nada tiene que ver con la materia, en suma, intentas volverlos a la clase.
Si el alumno se distrae, buscará la satisfacción inmediata observando cuantos likes tiene la última foto de su gato en las redes, si efectivamente está mas barata la polera que ha estado mirando la última semana o si el amigo del alma le comentó el meme jocoso enviado antes de ir a la clase.
O furtivamente responderá el mensaje que su compañero de dos filas más atrás le acaba de enviar, armando el panorama del fin de semana.
Los profesores, en el aula, competimos con los smartphones, las tablets y los notebooks. Sad but true.
Yo hubiera querido tener este nivel de información gratuita y de calidad cuando era universitario. No me refiero a los memes. He llegado a la conclusión que la internet puede ser un gran aliado en la enseñanza del Derecho. ¿Han pensado en la cantidad de sitios interesantes que se pueden visitar?
Lo que pasa es que hemos fallado en educarlos, mostrándoles la parte útil de la carretera de la información. Sitios que debes conocer si lo tuyo es el derecho penal, por ejemplo.
Vean ustedes esta iniciativa de la Universidad de Stanford que educa a los alumnos en el uso y búsqueda de información. No conozco nada similar en nuestras universidades.
¿Posibilidades rectificadoras?
Educarlos en la búsqueda y uso adecuado de la información.
Ponga una caja de madera o cartón a la entrada de la sala y que los alumnos al entrar dejen sus smartphones hasta el fin de la clase. Seguro que el DSM VI traerá una patología creada por esta práctica, pero en fin…
Tienen menos claro el objetivo final que significa el estudio del Derecho
Hace 30 años, el mejor del curso en lo humanista era candidato a estudiar Derecho, también aquel que buscaba status social, o el que la había ido bien en la prueba de admisión de ciencias sociales o lenguaje. Luego venían las desilusiones.
Hoy veo entusiasmo por algunos ramos, cabreo por la exigencias y a veces un gran ¿qué hago aquí? pintado en las caras de varios alumnos.
El alumno de pregrado, debe ser entrenado esencialmente para solucionar conflictos, ya sea por la vía del acuerdo entre la partes o a través del proceso. Y dejo caer mi gran discrepancia, te puedes saber los códigos de memoria, pero si no conoces la forma de resolver problemas, eres la extensión perfecta de tu smartphone, puede competir con la inteligencia artificial, lo que no es menor, pero perfectamente inútil.
Las facultades de derecho tienen la obigación de despejar esta variable tempranamente, de tal manera que el alumno comprenda que el Derecho es un sistema, pero que la complejidad de la realidad social, le va a obligar a optar por la especialización. ¿Juez, litigante, asesor?
El postgrado se divide en dos. En el magister está la especialización y el doctorado te lleva a la investigación.
¿Porqué es importante hacer estas distinciones en la escuela?
Porque el alumno tiene una aproximación, una idea, un concepto primario y la formación exige aclararle estos puntos. No podemos perder el tiempo.
¿Posibilidades rectificadoras?
Que conozcan personas que ya hicieron el camino, gente feliz de lo que hace, generosa para transmitir su experiencia. Nada más inspirador que buenos referentes.
Mostrarles el mundo, experiencias prácticas, llevarlos al lugar donde podrían desempeñarse, un buen sistema de pasantías, ojalá desde tercer año, no esperen hasta el quinto, tienen que adquirir roce con la realidad. Saber a lo que van, por sobre todas las cosas.
Pero vale la pena enseñar a las actuales generaciones. En ellos está todo por hacer. La clave está en la calidad del producto que les entregamos.