Cinco tendencias a tener en cuenta el 2025
Anticipando el mundo legal desde el derecho penal
Nunca en la historia, el derecho penal había cubierto la agenda noticiosa como el año 2024.
Por otra parte, según un estudio de la OCDE, apenas un 25% de los encuestados, manifiestan confianza en las instituciones judiciales. Y la opinión pública, observa con interés y curiosidad, el juzgamiento de personajes públicos en el sistema penal.
Lo único cierto, es que actualmente el ciudadano común, observa al poder, como una amalgama de incertidumbre y desconfianza, donde la persecución penal y el juzgamiento, siguen siendo los ejes de interés de la sociedad que apuesta todas sus fichas a la seguridad pública, como el bálsamo que devuelva la confianza en las instituciones.
¿Cómo podría influir este escenario, el año 2025 en el sistema penal?
1.- Se ha descubierto la veta de los famosos, la fiscalía con buenas o malas razones, ha orientado la persecución penal a personas de interés público, cuestión que debería mantenerse en el tiempo. Se ha creado una industria de noticias que va a medio camino entre la farándula y los “urgentes”, tendencia que debería permanecer, entre otras razones porque la opinión pública aplaude el aparente fin de la selectividad penal. Y tiene motivos para creer que el órgano persecutor, cuya imagen pública no ha sido la mejor, hace muy eficientemente su trabajo.
2.- El crimen organizado se va a fortalecer, no sólo producto de la intervención cultural, sino ademas porque establecidos como están varios grupos internacionales, deberíamos pasar a la fase en la cual se consoliden grupos de carácter nacional. De ahí a la profundización de las guerras territoriales, hay un paso. El problema es que en esta fase, los escenarios del enfrentamiento se expanden notablemente en las zonas urbanas y también la variedad de conductas ilegales, como la industria del secuestro, por ejemplo, que viene para quedarse.
3.- Las recientes elecciones de gobernadores y alcaldes y la proximidad de las contiendas parlamentarias y presidenciales, van a incrementar notablemente la persecución penal en los delitos cometidos por funcionarios públicos, a través de las denuncias, que han ido en alza durante el último año. En una etapa histórica, donde la mayor inspiración parece ser Frank Underwood, conjuntamente con la probidad pública, los escándalos sexuales han sido siempre, la forma más eficiente de asesinar la imagen del contenedor político.
4.- El impacto de las tendencias en el sistema judicial y persecutor va ser importante, en cuanto a cargas de trabajo, y demora en la tramitación. La lentitud y cantidad de causas por resolver, que nos dejaron la pandemia y el estallido social, se va a profundizar, porque no se ve el aumento de dotación ni de recursos, que permita revertir este problema. Si este cuello de botella se profundiza, no veremos mejora en la confianza en las instituciones, frente a la ciudadanía que ve frustradas sus expectativas ante el sistema penal.
5.- Que duda cabe, estaremos marcados por lo electoral, es el último año del gobierno. Desatadas las candidaturas, el interés público va a girar hacia la contienda de fin de año. En lo presidencial está totalmente abierta. Así, es al menos difícil avocarse a las reformas pendientes, por ejemplo en materia de nombramiento de los jueces, o la construcción de nuevos penales. ¿Habrá el tiempo suficiente para llevar a cabo este proceso? ¿Cómo funcionará la política de los acuerdos? Las reformas al Estado siempre deben realizarse en tiempos quietos, lejos del principio de la contingencia. Y los tiempos no están quietos.